miércoles, 31 de enero de 2007

Ni contigo ni sin ti


- ¿ Qué somos tú y yo? ¿ qué tenemos ?

-Pues tenemos algo más que un rollo, algo más especial...

- No sé que tenemos, pero sea lo que sea quiero que termine.


Mis manos sudorosas escribían sin esforzarse demasiado, y la tinta del bolígrafo formaba garabatos referidos a algo del Colonialismo.

Me imaginé pequeña corriendo entre mis letras, contenta al principio, saltando las letras que formaban las palabras en mis apuntes, y triste al final, cuando ya solo me quedaba pasar el último punto, el punto y final, donde acaba todo. Algo empezaría después, estaba segura, pero todo eran guerras y conflictos entre países y gentes, muertes, muchas muertes. Dentro de mi algo muere, como los soldados en la batalla, pero una parte grita de alegría, así como el bando que queda victorioso.


-Solo quiero saber por qué... por qué quieres que termine.

-Porque te quiero, lo hago para protegerte, es lo mejor. Ya lo estás pasando mal, y no quiero hacerte daño. Es lo mejor para las dos.


Serena, caminé por los pasillos, sabía que al final, donde veía la tenue luz, me esperaría algo, algo que yo no iba a decidir, solo tenía que callar y esperar a que mi sentencia fuese dictada y no tenía miedo fuese lo que fuese me daría igual.


-Quiero que estés bien, y si esta es la manera, adelante, no tenemos que acabar mal por esto.

-Pero no puedo, al verte cada mañana no sé lo que siento, no puedo, no me dejas.

(No te acerques, esto es definitivo, no te sientes a mi lado, no me mires , no me toques...no lo hagas)

-Tienes que aclararte, no me hagas dudar, quiero ser firme.


Te acercaste demasiado, me pediste un abrazo cuando todo parecía terminado, pero me apretabas fuerte, y sin soltarme me miraste fijo a los ojos y vi como tu mirada enloquecía y bajaba buscando mis labios, buscando mi boca. Me besaste casi sin darme cuenta, mientras ibas poco a poco abriendo mil cremalleras...


-No puedo mirarte y no besarte, no puedo.


Las palabras no volvieron a sonar, el cuerpo era nuestro lenguaje, las caricias, los besos, las respiraciones alteradas, sus latidos que se mezclaban con los mios, sus dedos se enlazaban entre los mios, y su lengua, sin pedir permiso, entabló una conversación muy animada con la mía. Los escalofríos empezaban a subir por mi espalda y sentía como ella volvía a temblar en mis brazos mientras mis boca besaba su cuello marcando un camino de hormiguitas..
Todo esto era mucho más fuerte que sus primeras palabras que quedaban comparadas con un diminuto insecto.


" No quiero dejarte ir, pero si te quedas me lastimas más"

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