martes, 26 de febrero de 2008

Madrid- Barcelona

Tres palmos me separan de Barcelona en el mapa que la profesora de historia ha puesto sobre la pared verde de la clase. Nunca me han gustado esas paredes, la primera vez que las vi me recordaron al hospital y no me gustan los hospitales. Tres palmos solamente, tan poquito en un mapa y tanto en realidad, tantas cosas se están alejando poco a poco que me da pánico y solo quiero escuchar música que me haga descargar todo lo que llevo por dentro y ponerme a llorar y ya me da igual sino hay nadie que este delante para consolarme.

Sin ganas de nada, y llueve, siempre llueve hasta en mis sueños, incluso me sangran los pies que pisan cristales mientras me odio y quiero huir, pero no me dejo huir del todo.Grilletes en los pies que no me dejan salir corriendo, y yo misma me pongo esos grilletes.

martes, 12 de febrero de 2008

( En un paréntesis...shhhh)

Herídas en las manos de escribir, de ocultar escritos que abren las puertas secretas de mi alma. Siento una tela fina que me cubre, tan fácil de transpasar que no entiendo por qué las manos buscan cremalleras para llegar más allá si solo tienen que tirar suavemente de ella...

¡Frío, frío! Vuelvo a gritar apretando los labios. Qué tontería pensar que pueden oírlo si de mi boca nunca salieron tales palabras y aún sabiéndolo vuelvo a gritar callada, cada vez con un silencio más mudo.

No quiero perder sin aún conocer, tan solo un poquito de miel en los labios y cuantas ganas, y no, no solo de besarte, soy una inconformista, quiero tu risa a carcajadas, quiero pintarte y ocultar tu piel, quiero crear cosas contigo, mezclar peligrosamente algún compuesto de nuestra imaginación y ver que pasa y después saber que le haces a mi ojos que nunca miraron así a nadie... Tal vez estas sean cosas muy importantes para mí, más de lo que incluso yo misma puedo sospechar... ayudame a descubrirlo.

Cuanto miedo oculto en los bolsillos de este pantalón vaquero, miedo de no haber descubierto aún la formula para controlar el tiempo y veo que se sigue resbalando entre mis dedos y me hace cosquillas al mismo tiempo que fabrica un nudo en el estómago.

-¿Otra vez tú por aquí?- Me pregunta Mr Peppins.
-No sabía donde ir-

martes, 5 de febrero de 2008

De fracaso y muerte


Sus ojos abrazaron a sus manos oxidadas que ya no respiraban el olor de la madera de un pincel. Trazos en la piel que dibuja con afán y sobre su rostro las lágrimas más saladas que jamás probó. Maquillaba de recuerdos cada mirada a cada cuadro que había a su alrededor, cuadros de una vida ya putrefacta y sin sentido, muerta. Paisajes, mujeres desnudas, miradas, líneas que se precipitan sin orden claro, locura... Pinceladas inexactas, pinturas abstractas que dejan ver cosas increibles, pinturas bellas para su creador y horribles figuras sin sentido para los ojos críticos que siempre las rechazaron.




Hundió la nariz en su maletín de óleos y respiró profundo atrapando el olor de cada color. Por un momento sin tiempo se sintió feliz. Noto frío en el viejo estudio y un escalofrío recorrió su espalda sin pedir permiso haciendole votar ligeramente sobre la silla. Frente a él un lienzo en blanco impaciente por sentir la pintura, por bañarse en colores...




Miró el lienzo, y esta vez le brillaron los ojos, su labio inferior temblaba ligeramente, dejando ver el miedo oculto que sentía, pero no dudó. Empapó su pincel, mezcló colores, una locura inmensa se apoderó de él, su corazón latía más rápido que nunca, estaba convencído que en cualquier momento se le saldría del pecho.




Trazaba líneas sin parar, la locura se reflejaba en sus ojos, era enfermiza, le hacia daño pero a la vez le liberaba de esa cárcel del fracaso y del recuerdo. Sintió entonces el deseo de conocer a la muerte. Tiró el pincel y manchó sus manos de pintura, esta vez sus dedos manejaban la situación, sus dedos, su propia piel era la creadora de otra más de sus obras sin sentido. Sus pies bailaban el vals de la muerte mientras su sonrisa malévola se convertía en carcajada...




Se desnudó, pintó su cuerpo con sus manos, llamó a la muerte a gritos, la desafió pero esta vez sin llantos. Sus gritos chocaban contra las duras paredes, expulsando la rabia contenída. Dió el toque final a su creación, se abrazó al cuadro y se fundió en el cerrando los ojos. Una mano fría lo llamó tocando su espalda, un silencio sepulcral se adueño del viejo estudio y ya nunca más volvío a abrir sus ojos.

lunes, 4 de febrero de 2008

Domingo...y aún pensando

Sentada en la butaca negra, le falta una patita, y esto se hace notar en la sutíl inclinación de mi cuerpo hacia la derecha. Hoy yo también necesité abrazos, abrazos sin tiempo, abrazos de silencios tan mudos que no quiera parar de abrazar, porque ya voy cojiendo el sueño en unos brazos seguros.

Hoy un cotrafuerte más se esfuerza en sujetarme, no voy a caerme, tendré que ver como me las apaño para darle un giro al juego, llorar solo hace que se nuble la vista y pierdas el ritmo del juego, ese juego que no permite un minimo de distracción.