sábado, 25 de agosto de 2007

Sobre dosis

No, no me meto nada raro. Este tipo de sobre dosis es buena. Tengo las venas encharcadas de una señorita que se hace llamar not exactly.

Y si por casualidad lees esto,¿ sabes lo que pienso de ti ahora? Pues que si por mi fuera estaría todos los días contigo, que no me canso, que si hubieses sido otra persona seguro me acabaría tirando por la ventana, aunque e de confesar que en algunos momentos te hubiese estrangulado... Te quiero muchísimo, y hasta aquí mi breve homenaje hacia ti.

Tengo mono de ti!

Bueno, y cambiando de tema, hada gris acaba de llamarme para decirme que ha visto a mi profe de educación física en Chueca con unas amigas... Confirmadas mis sospechas ahora todo encaja de más, yo no tenía un sobresaliente, como mucho notable...

Tendría que haber estado, jo!!!!

martes, 7 de agosto de 2007

¿Y si...?


Aquí estoy, a la voluntad de ti, de quien quiera que seas. Si quieres conocerme, ven, acercate, yo pondré las reglas. Si quieres descubrirme tendrás que hacerlo ahora, y si no, cruza la puerta roja, la puerta de los asustadizos, aquella que ya cruzaron muchas y muchos, aquellos que no quisieron llegar más lejos.


Acercate y dejame susurrar las normas a tu oído.

No debes hablarme, no puedes preguntar, ni yo contestarte, podría mentirte, a veces es mi mejor arte, pero los ojos no mienten, el cuerpo tampoco, así deberás utilizar las armas que comunican verdades...el lenguaje de la piel, tendrás que saber utilizarlo, y si lo haces bien, pronto mi cuerpo te contestará.


Apaga el interruptor, deja que la luna sea quien proyecte las sombras de nuestros cuerpos.


Pasa tu lengua por mi, escribe versos con ella por todo mi cuerpo. Ahora extiende tus manos por mi cintura, apretando lo justo, lo mínimo, para empezar a sentirme dentro de ti, para que mis labios se despeguen y emitan un pequeño suspiro.


Pero no te confíes, aún no me has conocido. Aún no es lo que quiero.


Si consigues que mi temperatura corporal se dispare, no te cortes en hacer lo que toca. Desliza tus manos desde mis senos, acariciando mi cuerpo como si fuese un castillo de naipes apunto de caer, hasta que se deslicen entre mis piernas y se abran paso como serpientes en el agua. Así conseguirás cerrar mis ojos, y que mis manos apretadas se relajen. Intentaré no gemir demasiado alto, no quiero asustar a las sombras de nuestros cuerpos que bailan en las paredes blanquecinas del cuarto.


Después dejame descubrirte, ¿no es esto mutuo?


Ya esta todo, tal vez no todo, pero lo suficiente.


Espero que hayas pensado que tal vez te engañe, ya te dije que mentir es un arte para mi,


¿qué te parece si antes de todo lo que te he explicado tomamos un café y charlamos un rato?