Se acabó mi cuento, un cuento corto pero intenso. A esa princesa tan bella, ya un príncipe la esperaba, y de no haber sido así, mi alma habría luchado por ella hasta caer rendida en la batalla.
De un tiempo atrás, sus besos habían sido mi única ley, nunca supe explicar la magia que sentía dentro de mi cuando me besaba, cuando me dedicaba una mirada. Cuando sonreía el mundo parecía perfecto. Ahora la miro en recuerdos que guardo en mi cabeza, recuerdos hermosos y no me siento mal.
Ella es distinta a todas, siempre me habló de frente, siempre se preocupo por lo que yo sentía y evitó a toda costa hacerme daño, siempre me recordó que en su castillo no había enredadera para que yo pudiera trepar por ella para darle un beso de buenas noches pero yo siempre, cada noche, le mandaba un beso con una estrella.
¿Esto es amor? Quiero pensar que no, quiero pensar que es admiración, respeto y mucho, mucho cariño.
Me queda el consuelo de saber que esto nos ha ayudado a las dos, que ella está feliz con el amor que su príncipe le da. Yo me conformaré con mirarla en silencio, y ver que cada día sonríe para llenar mi alma, y así yo estaré bien.
Aunque ella no lo sepa, se llevó un pedazo de mi corazón, ahora es suyo para siempre.
Gracias por todo princesa y suerte con tu propio cuento.