martes, 31 de julio de 2007

Aquella desconocida

Volvía a adentrarme en los bajos fondos de esta ciudad. Ya no quería andar sobre el asfalto que quemaba y no me dejaba apenas respirar. Así tampoco tendría que esquivar más la mirada del sol para no tener que confesarle que deseaba que llegase el invierno.

La estación estaba desierta, me paseaba de un lado al otro, mientras una lágrima quería salir corriendo de mi ojo.
- Total- pensé- nadie podrá verme llorar...

Así deje que se fuera y muchas otras se precipitaron con envidia siguiendo a esa primera lágrima.

De lejos oí aproximarse el tren y corriendo limpie mis lágrimas y mis ojos quedaron enrojecidos. Entre a un vagón tremendamente sucio y sin un alma que viajara en el. Si no hubiese querido disimular el llanto, no habría importado.

El tren se detuvo en la siguiente estación y supe que debía reconfortarme. Empezó a pasar gente, no mucha, más bien poca, y por último pasó una chica, calculo que tendría unos 16 años. Sus ojos me recordaban al mar, azules, inmensos, llenos de vida... pero estaban tristes, demasiado tristes. Entonces supe que tenía que transmitirle algo, con una mirada, con una sonrisa, como fuera. Estaba despeinada, su vestimenta no era apropiada para una chica de su edad, estoy segura que a ella no le gustaba, era un vestido demasiado ligero, un gran bolso de señora mayor le cubría la corta falda del vestido de entre las piernas. me fije en como actuaba y estaba muerta de miedo. Su piel estaba maltratada, Calculé unas ocho cicatrices entre sus brazos y sus piernas, también alguna en sus cejas. Cada vez que alguien pasaba por su lado, ella se encojía con miedo y miraba al suelo todo el rato. Me pase todo el trayecto buscando su mirada, no sé, pero sabía que sufría y mucho. Quería que tuviese al menos una mirada de cariño, no de lastima, sino de cariño.

No puede conseguir esa mirada, y no quise acercarme por miedo a como reaccionaria o si se encojería como hacía cuando alguien pasaba relativamente cerca de ella. Solo le desee suerte sin decírselo.

Esto pasó ya hace tiempo, y aún recuerdo sus ojos. A veces cuando me pongo triste, pienso en ella, seguro que estaría mil veces peor que yo. Sabrá Dios si la maltrataban o las cosas que la obligarían a hacer.

Solo espero que le vaya bien.

2 comentarios:

not exactly dijo...

Yo tambien lo espero, de todo corazon.

Griada dijo...

Impresionante.