jueves, 12 de julio de 2007

Otro día más

Me duele la cabeza, creo que es porque tengo mucho tiempo para pensar. Son días extraños, salgo temprano a trabajar, me meto en los bajos fondos de esta ciudad para estar media hora en un bajón de gente dormida, apoyada en los sucios cristales, algunos hasta roncan... Salgo a la calle y ando hasta el 170. Allí paso largas horas haciendo nada y todo a la vez. Esperando que el gran reloj que tengo a mi lado derecho me de una pequeña alegría para poder llevar mi pesado cuerpo de vuelta a casa. Como deprisa y siempre me sienta fatal, porque después vuelvo a meterme en los bajos fondos y otra vez a empezar, hasta que el maldito reloj, que parece alargar las horas muchísimo, me da otra pequeña alegría.

Ayer se rompió el esquema de estas semanas. Mi profesora de audiovisuales, esa misma a la que admiro, y que ha confiado en mi para hacer un trabajo sobre el medio ambiente, nos cito a mi y a mis compañeros en un parque. Salí de trabajar y fui hacia allí lo más rápido que me permitieron las piernas. Allí estaba ella, sentí un hormigueo en el estómago cuando la vi. También estaba él, ya le conocía, tan simpático como siempre, me gusta su voz, siempre habla calmado, en un mismo tono. Y también estaban ellos, unos pequeños bichos que correteaban y jugaban al fútbol. Me habían hablado tanto de ellos que parecerá tonto pero conocerlos era uno de mis sueños. Son geniales, son inteligentes, son pequeños y graciosos y me dieron un beso y Tristán hasta se lanzó a darme un abrazo...Fue una tarde genial, me olvide hasta de pensar, solo veía jugar a los enanos y la escuchaba a ella y también a él cuando hablaba, porque en lo de hablar siempre ella le gana...

Ya cayó la tarde, y juntos, todos ellos se despidieron del sol, les dijeron adiós y le pidieron que mañana volviera a darles calor y luz y se marcharon él y ella para darles de cenar a sus pequeños marqueses...

No sé que me pasa últimamente, son días raros, estoy nostálgica y pienso mucho en todo, a veces me pongo triste y no sé porque, otra veces no puedo borrar la sonrisa de mi cara, y otras veces simplemente intento encontrar alguna mirada de consuelo en la gente desconocida, pero nunca miran a los ojos y si lo hacen no consiguen darme lo que quiero.

2 comentarios:

Be dijo...

Algún día, cuando menos lo esperes, alguien te mirará a los ojos y te llenará de su mirada, pero... llenarás tú su mirada? Es como si todo tuviese efecto boomerang... No me hagas mucho caso... Otra que piensa... ¿demasiado? ...
Mis sonrisas para tí

Madness dijo...

Si te hago caso, creo que tienes razón, yo pongo todo mi empeño en llenar a la gente con mi mirada y e de decir que a veces lo consigo...

Pensar tampoco es tan malo, pero claro, pensar en exceso...

Gracias por tus sonrisas, no he tenído el gusto de verlas pero seguro son preciosas.

Un beso.