martes, 17 de abril de 2007

Desde mi ventana


Desde mi ventana, cuantas veces te vi pasar...
Desde mi ventana me conformaba con mirarte de lejos...


Mi tímido corazón te miraba escondido tras la ventana. Entre tinieblas observaba como el sol fuerte y orgulloso tocaba tu piel, esa piel que mis labios deseaban recorrer tan despacio como el susurro de un te quiero.


A veces podía olerte, porque el viento me traía tu aroma hasta la ventana, y yo ilusa, intentaba atraparlo en un frasquito rojo, para poder olerte, pero siempre se escapaba y yo quedaba triste, tan triste como cuando desaparecías tras el gran edificio de piedra.


Hablar con la luna me hacía más corta la espera. La luna generosa, me regalo una estrella, una sola para mi, era pequeña, pero brillaba como ninguna, yo decidí ponerle tu nombre.


Después de un tiempo y de largas esperas, no volví a verte, perdí la hora en que pasabas, o cambiaste de camino, eso qué importa ya. Solo me quedaba mi estrella, fácil de encontrar, pues brillaba más ahora que no podía verte.


Pero los sueños perdidos borran estrellas del cielo, y la mía no logro encontrarla ya.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

lo malo que tienen los recuerdos de un amor perdido y nunca realizado es que son demasiado dulces como para dejarlos escapar.

besote enorme!

Alice ya no vive aquí dijo...

A veces no las encontramos de nuevo porque los ojos se volvieron ciegos para ellas.

Hay luces que dejan de brillar en nuestras vidas, y lo dejan todo un poco más oscuro.

Un abrazo

Ninfa dijo...

Te confesaré un secreto, pero no puedes decirselo a nadie: las cosas no se borran solo se ocultan... Shhh!