A veces mi cuerpo flota de cintura para abajo, lo siento ligero, puedo correr sin cansarme, necesito mover las piernas sin parar, porque cada movimiento lo siento bello, armónico incluso, y mis piernas bailan y no dejan de bailar. En cambio, lo demás pesa, y todo lo soporta la cadera y parte de la mente que lo mantiene firme, aunque está cansado... Pero lo demás, no importa, mis pies bailan, se mueven haciendo formas inesperadas, y alguna que otra vez dan un saltito incontrolable para mi cabeza.
En otras ocasiones pasa lo contrario, y tiendo a tropezar.
Hay cosas que no entiendo...tal vez si las entiendo, pero se me olvidan o las hago yo misma olvidar para no tener que profundizar en el asunto. Por ejemplo,
No entiendo y entiendo porque quiero que esa serpiente venenosa que anda merodeando cerca me muerda y me inyecte un poco de su veneno, pero solo un poquito, lo justo... Creo que un poco de veneno hasta puede llegar a ser saludable, pero... ¿por qué arriesgarme si hace un tiempo estuve apunto de morir?
No entiendo y entiendo porque hoy he rechazado un beso, yo no soy de rechazar besos, ni caricias, ni mimitos, es más, siempre estoy reclamando besos y cariño...pero después de pensarlo, creo que ha sido un movimiento involuntario, porque en realidad me he quedado con las ganas, aunque solo fuese un simple beso.
No entiendo y entiendo que la echo de menos, que necesito verla pero no me obligo a buscarla, prefiero cerrar los ojos y decir que no la encontré.
Podría decir todas las cosas que entiendo y no entiendo y me pasaría toda la noche escribiendo, pero tal vez otro día. Por ahora prefiero no pensar en estas cosas, y si para no pensar...
¡Acción reacción!
A veces creo que solo yo me entiendo... ¿o no me entiendo...?
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2 comentarios:
Te entiendes y no entiendes, pero eso nos pasa un poquito a todos (aunque a algunos más, veánse las conversaciones conmigo misma que reflejan mis múltiples personalidades) pero creo que si te esfuerzas en entenderte cada día más irás queriéndote cada vez mejor, y si te quieres bien querrás mejor.
Un besito.
Entender que cuando algo enturbia nuestra mente tendemos a olvidarlo, uno de los muchos mecanismos de autodefensa de nuestro cuerpo que reacciona y acciona.
El veneno en su justa medida produce sensaciones innovadoras e inolvidables. Arriesga si confías en que conseguirás la dosis justa.
A veces, sin saber por qué rechazamos y luego nos quedamos con las ganas. Si es ese preciso instante así te lo pedía el cuerpo, así debía ser.
Aunque cierres los ojos e intentes convencerte de lo que no es, tú sabes que seguirás echándola de menos, aunque no te obligues a buscarla.
A veces ni nosotros mismos nos entendemos, difícil que nos entiendan los demás.
Una sonrisa para ti.
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